Cada vez que un internauta busca información sobre Centros de formación en idiomas la inmensa mayoría de los post giran su temática en torno a la necesidad de aprender un idioma, sin más. Yo soy Santiago Carro Díaz, periodista con casi dos décadas de experiencia. Me considero un privilegiado pues  he podido ver desde la atalaya del periodismo en mi carrera profesional hechos relevantes como el “impechment” al ex presidente Bill Clinton o el auge y –posterior-caída de las punto com, entre otras cosas, con acceso a una diversidad de fuentes. Pero…un momento… ¿qué hace un periodista refiriéndose a hechos del pasado en el sitio web de un Centro de formación de idiomas?

Rebobinando en el tiempo, mis padres apostaron por una formación donde los idiomas fuesen un eje clave para –al menos- intentar asegurar la mejor proyección profesional. Por ello, desde edad temprana estudié francés y, posteriormente, inglés; y, si se me permite, apuntaría también al latín, como lengua madre del castellano. Muchos internautas habrán notado un vocabulario más extenso entre aquellos que estudiaron la lengua de Cicerón. Así las cosas, cuando terminé mis estudios universitarios encontré trabajo prácticamente según me licencié y entré a formar parte del grupo internacional de comunicación IDG Communications, como redactor en la revista PC World.

Entre mis cometidos, cubrir ruedas de prensa de fabricantes de tecnología en toda Europa. Así, a los 15 días me encontré en Mónaco en uno de los primeros eventos de Bluetooth del mundo, entrevistando al vicepresidente mundial de Toshiba; japonés, para más señas (uno de los partners de este protocolo de conexión inalámbrica); una semana después tuve que ir a París: IBM presentaba una nueva línea de portátiles. París de nuevo, Suiza, Londres, Salzburgo, Helsinki… Durante más de 7 años recorrí una gran cantidad de ciudades europeas, cubriendo ruedas de prensa, entrevistando a  directores de diversas compañías de tecnología; empresas americanas, francesas, finesas, koreanas…

El idioma vehicular que tanto periodistas como responsable de comunicación de estas empresas  utilizábamos era uno solo: el inglés.

En la redacción, en Madrid, por otro lado, el inglés no quedaba de lado. Un buen número de ruedas de prensa se ejecutaban en la lengua de Shakespeare, por un lado; y, de otro, una gran cantidad de información la extraíamos de una Agencia Internacional propia, con redactores en las principales ciudades del globo: San Francisco, Tokyo, Pekin, Londres… Y todo escrito en el mismo idioma: inglés.

El profesional que aspire a labrarse una carrera profesional exitosa debe trabajar sin descanso en dos sentidos: una continua actualización de sus competencias y conocer el idioma –no más hablado- más internacional del mundo. Una llave que, sin duda alguna, permite abrir puertas y tender puentes. Así como universitarios de otras ciudades europeas, y del resto del mundo, han visto que su desarrollo profesional puede producirse a miles de kilómetros de su ciudad de origen, los alumnos españoles hoy ya son conscientes de esta realidad y saben que -a partir de ya mismo- compiten  por un mismo puesto candidaturas procedentes de diversos países.

Por ello, y como ciudadanos del mundo, debemos pensar en adquirir unos conocimientos de una lengua extranjera no como un elemento accesorio a nuestra formación, sino como la base de partida a partir de la cual se articule toda la formación posterior (licenciatura, MB, doctorado, etc.)

Si quieres recibir más información sobre cómo ampliar tus competencias profesionales a través de los idiomas, llámanos al 915 095 239, en nuestro correo electrónico; nuestro equipo de especialistas te asesorarán sin compromiso en aras de lograr tu éxito personal y laboral.